

Historia
En 1974 iniciamos un riguroso estudio sobre la perdiz autóctona de la zona, centrado en aspectos demográficos, de comportamiento y en diversas medidas morfométricas. Tras una década de trabajo, en 1984 logramos establecer un patrón genético propio, con más de 2.000 coincidencias que confirmaban la autenticidad y homogeneidad de la especie estudiada.
Esto nos impulsó a crear un coto de caza que abarcara todo el área considerada, hasta ese momento, como uno de los pocos nichos ecológicos en España aún descontaminados o mínimamente alterados. Así nació el actual Coto Santa Marta, con el objetivo de preservar esta riqueza natural y fomentar una caza sostenible y responsable.
Logistica:
La organización de las jornadas de caza en ojeo exige una planificación meticulosa. Desde la ubicación de los puestos hasta la contabilización de las perdices abatidas y cobradas, todo el proceso requiere una estricta coordinación.
Cada cazador recibe una cartulina donde debe anotar el número de perdices caídas y efectivamente cobradas. La disposición de los puestos, así como las distancias entre ellos y la orientación respecto a las rasantes, se realiza siguiendo métodos tradicionales, siempre priorizando la seguridad. Esta disciplina garantiza una jornada de caza en ojeo respetuosa con el entorno y segura para todos los participantes
Pureza genética:
La pureza genética que hemos conseguido preservar hasta el día de hoy en la mayoría de nuestras zonas de ojeo es el fruto de décadas de dedicación, cuidado y respeto por el ciclo natural de la perdiz autóctona.
Gracias a un manejo responsable y a la promoción constante de su reproducción en estado salvaje, hemos logrado mantener intacta la esencia de esta especie emblemática.
Este esfuerzo continuado convierte al Coto Santa Marta en un auténtico referente en nuestra región, tanto por su compromiso con lo auténtico como por su fidelidad a la tradición cinegética más pura.

SINCE 1974 - COTO SANTA MARTA


